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Recuerdo esas mañanas de fin de semana cuando era niño. Un tazón de choco krispis mientras veía Dragon Ball era todo lo que hacía falta para ser feliz.

Ahora que soy adulto puedo apreciar la serie como lo que es: una obra de culto y uno de los mejores ejemplos de marketing.

¿No me crees?

¿Cómo llamarías a un producto que triunfó en más de 80 países en todo el mundo y que se estima que ha generado más de 24.000 millones de dólares en beneficios?

Yo lo tengo claro.

Tal vez ayudó que su creador, Akira Toriyama trabajase tres años en una agencia de publicidad antes de dedicarse al manga. O quizás no. El caso es que el tipo sabía lo que hacía.

Pero voy al grano, estas son las 7 lecciones de marketing que aprendí de Dragon Ball (y que tú también puedes aplicar en tu negocio).

Lo simple vende (MÁS)

Seamos honestos.

Dragon Ball no se complicaba la vida. Las tramas eran sencillas, incluso repetitivos en muchas ocasiones. Nada de argumentos enrevesados o personajes complejos. Solo peleas, algo de aventura y mucho kame kame ha. Sencillo.

El resultado: una audiencia millonaria.

Las cosas complicadas también pueden triunfar, claro (piensa en Perdidos), pero de primeras lo sencillo llega a más gente.

En marketing y ventas es igual. A la gente le gustan las cosas sencillas. Cuanto más sencillo es tu producto o servicio, más gente estará interesado en comprarlo. Si alguien necesita 10 minutos para entender qué haces, probablemente no lo compre. Pero si lo entiende en 3 segundos, ahí tienes una oportunidad real de vender.

Si mejoras algo, haz que se note

Voy con uno de los temas más espinosos de Dragon Ball, el de los niveles de poder.

El motor de la serie es la aparición de enemigos cada vez más poderosos.

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Tao Pai Pai no le habría durado ni un asalto a Freezer y este las pasaría canutas con Majin Buu.

Bueno, el caso es que Goku se va haciendo más fuerte a lo largo de la serie. Lanza bolas de energía, aprende a volar, se vuelve superrapido. Llega un momento en el que parece que ya no hay forma de hacerle lucir más poderoso. ¿Qué hicieron entonces?

La respuesta se le ocurrió a Toriyama saliendo del peluquero: “Haremos que Goku se vuelva rubio y cambie de peinado”. Acababa de nacer el Super Sayan.

A partir de entonces, cualquier subida de poder de Goku, Vegeta y compañía se traducía en un cambio físico.

Y esta es la gran lección de marketing: Si mejoras un producto o servicio, también debes cambiar su diseño. Porque si no la gente no va a terminar de creer que haya cambiado. El cambio debe visualizarse.

Si te das cuenta, esto pasa mucho con los móviles, por ejemplo. Sacan un modelo con más RAM y almacenamiento, y un nuevo diseño. Lo mismo ocurre con los coches, un modelo con un motor nuevo también cambia la carrocería, aunque sea ligeramente.  Si cambia por dentro tiene que notarse por fuera.

Si tu cliente no piensa como tú, piensa tú como él

Algo que traía a  Toriyama por la calle de la amargura es que los villanos de la saga ocupasen los primeros puestos de popularidad entre los fans. De hecho, confesó que las marcadas entradas de Vegeta eran un recurso para hacer que el príncipe de los Sayayins fuese menos atractivo.

No funcionó.

Vegeta se convirtió en uno de los personajes más populares de Dragon Ball y Toriyama tuvo que darle más protagonismo para satisfacer a los fans.

Así es la vida, a veces tienes una idea sobre tu producto y los clientes tienen otra. La solución no es pensar que tus clientes son idiotas, sino adaptarte.

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Lanza novedades sin olvidarte de los clásicos

Los frikis de Dragon Ball han contado más de 400 personajes entre el manga y el anime. Una barbaridad. Y, además, es raro que alguno muera. Bueno, mueren y luego los resucitan con las bolas de dragón. Vaya invento, ¿no?

El caso es que hay personajes que llevan casi desde el principio. Los clásicos: Goku, por supuesto, Krillin o el Maestro Mutenroi. Y después van metiendo nuevos personajes. Algunos aparecen un par de veces y otros se vuelven recurrentes, según la reacción del público.

Si lo piensas, las marcas exitosas hacen lo mismo. Tienen sus productos clásicos que dan ingresos seguros y luego están las novedades.

Tenemos la Coca Cola de toda la vida y los nuevos sabores que salen de vez en cuando. Yo rezo para que mantengan la coca cola Cherry, la coca cola sandia me da igual, porque no sabe a sandia, pero la Cherry que la dejen.

Crea expectación (sin abusar)

He oído muchas bromas sobre los interminables campos de futbol de Oliver y Benji, pero Dragon Ball no le va a la zaga. Recuerdos capítulos enteros donde solo veía a Goku acumulando energía para lanzar un ataque. Eran capítulos de puro relleno, y aun así te los tragabas enteritos esperando que después pasase algo.

Crear expectación se ha convertido en uno de los recursos más valiosos de las marcas para captar la atención.  Fíjate en la campaña Viral de Oreo, Adiós España. Generó mucha curiosidad y mantuvo la atención durante días.

Es un recurso que hay que usar de vez en cuando y con moderación, no hay que abusar. Y sobre todo es importante que la expectación esté justificada.

Comparte el foco

Goku es el protagonista absoluto de Dragon Ball, no hay duda. Sin embargo, muchas veces desaparece de escena para dar protagonismo a otros personajes.

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Fue Gohan quien mató a Cell, uno de los villanos más aterradores y, si te das cuenta, cada personaje tenía su minuto de gloria. Piensa en Piccolo dándole el golpe final a Raditz o Krillin cortándole la cola a Freezer.

Eso quiere decir que, aunque tengas un producto o servicio estrella también es bueno que le de su cuota de protagonismo al resto.

No te dejes encerrar por tu historia

Creo que he visto pocas series de TV con menos complejos que Dragon Ball. Empieza como una serie de aventuras inspirada en la mitología china, después se centra en los torneos de Artes Marciales y el asunto de las bolas de dragón queda en segundo plano, después descubrimos que Goku viene de otro planeta y de repente estamos en una serie de ciencia ficción. Luego hay una máquina del tiempo y todo se vuelve muy loco.

Toriyama no pensó que todos esos cambios pudieran enfurecer a los fans (o lo pensó pero le dio igual). No se dejó condicionar por su pasado, y acertó.

Esto también es aplicable a los negocios. Hay empresas que se pasan la vida haciendo lo mismo y otras que se atreven a cambiar. Ambas opciones están bien, pero si quieres cambiar, no te resistas a hacerlo solo porque no cuadre con lo que has hecho hasta ahora. Por ejemplo, Netflix comenzó enviando DVDs por correo. Hoy es un gigante del streaming.

Bueno, que me dices, ¿Toriyama era un genio del marketing o no? Creo que ahora podrás ver Dragón Ball con otros ojos. Si quieres darme tu impresión o discutir por qué Piccolo mola más que Vegeta, nos vemos en las redes.

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Guillermo Rodríguez

¡Hola! Me llamo Guillermo y soy SEO con más de 10 años de experiencia. Aunque me gustan todas las áreas del SEO, me he especializado en SEO local y analítica web, y es que me encanta transformar los datos de Analytics o Google Search Console en información útil con la que situar a tu negocio en el mapa. Como corredor aficionado sé que el posicionamiento web es una carrera de fondo, así que encontremos el ritmo adecuado para ponerte en cabeza.